A partir de la tecnología C.I.P. logramos controlar las plagas de insectos y otros
organismos, limitando y reduciendo los tratamientos químicos tradicionales, que tan
perjudiciales son para las personas y el medio ambiente.
La base imprescindible para poder realizar un C.I.P. es la elaboración del plan de acción
que consiste:
1. Evaluación del problema
Inspección
Identificación del organismo
Valoración del tamaño de población
Valoración del daño
2. Análisis del problema
Tipo de control/es (prioridad C.I.P.)
3. Diseño del proyecto
Búsqueda de soluciones al problema:
Ciclo biológico de la plaga
Tipo de acción del tratamiento
Tipo de instalaciones a controlar
Elección de maquinaría
Medidas de precaución y seguridad
4. Realización del tratamiento
Realizado por el personal homologado
5. Evaluación final
Mediante la tecnología C.I.P. se llevan a cabo el diseño
de los programas D.D.D., el cual consiste en
determinar las zonas de riesgo para la entrada y
anidación de plagas, detectando cambios en la
instalación que aporten nuevas condiciones para su
asentamiento e informando sobre las medidas
preventivas y correctoras a realizar para tratar y
completar el trabajo de control.
Después de cada actuación se entregará un Certificado de servicio donde especifican
todos los datos técnicos del mismo: plaga contra la que se lucha, zonas donde se ha
llevado a cabo el control, tipo de control, biocidas utilizados, acciones correctivas a
corto y medio plazo, nombre y firma del Director técnico (responsable del diseño),
nombre y firma del responsable del servicio o tratamiento…; así como un espacio para
la validación por parte del cliente.